José María Castanyon

Oct 11, 20184 min

Dolor en Codo: el famoso codo de tenista

Updated: Jul 28, 2022

La epicondilitis lateral o codo de tenista, comúnmente conocida como “codo de tenista”, es un proceso degenerativo que se origina en el epicóndilo lateral del radio, debido a un sobreuso de la musculatura ubicada en esa zona. Esta patología se origina por microtraumatismos en la inserción de los músculos extensores de la muñeca. A menudo existe un historial de actividades repetitivas de origen ocupacional que conlleva a un sobreuso de la musculatura extensora de la muñeca. El dolor está localizado en el epicóndilo lateral y es típico al realizar presión en esta zona, al realizar movimientos de extensión de muñeca y al realizar estiramientos de estos músculos.

Esta patología se presenta principalmente en personas que trabajan con movimientos repetitivos, vibración y aceleración del antebrazo y de la muñeca. Ocurre principalmente entre los 35 y los 60 años. 80% se presenta en el epicóndilo lateral y 20% en el epicóndilo medial; es de 4 a 5 veces más común en hombres que en mujeres y se presenta principalmente en el brazo dominante. La mayoría de los pacientes responden favorablemente al tratamiento conservador, sólo entre el 5% y 10% de los pacientes requieren eventualmente cirugía.

Esta condición afecta entre 1% y 3% de la población general, incrementándose a un 15% en grupos de alto riesgo (deportes, actividades ocupacionales y tareas manuales repetitivas).

Anatomía:

La articulación del codo está formada por tres huesos: húmero, radio y cúbito. Existen unas protuberancias óseas en la parte inferior del húmero llamadas epicóndilos. A la protuberancia ósea de la parte exterior (lateral) del codo se le llama epicóndilo lateral.

Los músculos, ligamentos y tendones mantienen unida la articulación del codo.

La epicondilitis lateral implica los músculos y los tendones del antebrazo que extienden la muñeca y los dedos. Los tendones del antebrazo unen los músculo al hueso y se unen al epicóndilo lateral.

Causas:

La epicondilitis lateral a menudo se debe al daño en un músculo específico del antebrazo, el músculo extensor radial corto del carpo. Este músculo ayuda a estabilizar la muñeca cuando el codo está recto. Cuando el músculo se debilita debido al uso excesivo, se forman traumatismos microscópicos en el tendón donde se une al epicóndilo lateral. Esto produce inflamación y dolor.

El músculo también puede tener un mayor riesgo de dañarse debido a su posición. A medida que el codo se flexiona y extiende, el músculo se frota contra las protuberancias óseas, esto puede provocar desgaste gradual y traumatismo del músculo con el transcurso del tiempo.

Actividades de riesgo:

La epicondilitis lateral no solo puede afectar a personas que practican tenis; muchas personas con “codo de tenista” participan en actividades laborales o recreativas que requieren el uso repetitivo de la musculatura extensora del antebrazo.

Cualquier actividad que implique el uso constante y repetitivo de esta musculatura es un factor de riesgo que puede provocar esta lesión.

Edad:

Como ya se mencionó anteriormente, la edad promedio en la que se puede presentar este padecimiento es entre los 35 y los 60 años, siendo más común en hombres que en mujeres, pero esta patología se puede desarrollar prácticamente a cualquier edad, especialmente si se tienen los factores de riesgo previamente mencionados.

Síntomas:

En la mayoría de los casos, el dolor comienza siendo leve y lentamente empeora a lo largo de semanas e incluso meses. Usualmente no hay una lesión específica asociada con el inicio de los síntomas.

Los síntomas más comunes del “codo de tenista” son:

-Dolor o ardor en la parte exterior del codo.

-Dolor a la presión del epicóndilo lateral.

-Fuerza de agarre débil.

Los síntomas a menudo empeoran con la actividad del antebrazo, tal como sostener una raqueta, girar una llave o sacudir las manos. El brazo dominante a menudo es el afectado; sin embargo, ambos brazos pueden ser afectados.

Examen médico:

El médico considerará diversos factores para realizar un diagnóstico. Estos incluyen cómo se desarrollaron los síntomas, cualquier factor de riesgo ocupacional y la participación en deportes recreativos con uso repetitivo de la musculatura del antebrazo.

El médico le preguntará cuáles actividades provocan los síntomas y en qué parte del brazo se presentan.

Durante el examen, el médico usará una variedad de pruebas para determinar con precisión el diagnóstico. Por ejemplo, puede pedirle que intente enderezar la muñeca y los dedos contra una resistencia con el brazo completamente recto para ver si esto provoca dolor. Si la prueba es positiva, esto le indica al médico que esos músculos pueden no estar sanos.

Tratamiento no quirúrgico:

-Crioterapia: La aplicación de hielo en el epicóndilo lateral del codo, ya sea manteniendo el hielo en un punto fijo o utilizándolo para aplicar un masaje.

-Ultrasonido terapéutico: Ayuda a desinflamar los tendones de la musculatura extensora de muñeca.

-Electroterapia: Existen diversas dosis de electroterapia que han demostrado ser eficaces para aliviar los síntomas del “codo de tenista”.

-Láser: Para favorecer una pronta recuperación de la lesión.

-También se ha comprobado la efectividad de las ondas de choque, pero debido a su costo elevado y a la efectividad de otros métodos más económicos se limita su aplicación.

-Estiramientos: Al ceder el dolor se inician los estiramientos para que la musculatura recupere la flexibilidad perdida durante la lesión.

-Potenciación: También hay que recuperar la fuerza perdida, el profesional de la salud encargado del tratamiento decidirá cuales son los mejores ejercicios para lograr este objetivo.

Tratamiento quirúrgico:

Si los síntomas y la patología no muestran mejoras entre 6 y 12 meses de haber iniciado el tratamiento conservador, el médico puede considerar un método quirúrgico para tratar el “codo de tenista”

Generalmente la cirugía es ambulatoria, es decir que no necesita permanece en el hospital una vez terminada la cirugía.

Se pueden utilizar 2 métodos:

-Cirugía abierta: Se realiza una incisión sobre el codo, se corta y se extirpa la parte afectada del tendón y la parte sana se ancla con suturas al hueso o a otro tendón.

-Cirugía artroscópica: Se utiliza un artroscopio, que es un pequeño tubo delgado, con una cámara y una luz conectados a un monitor, lo que ayuda al cirujano a ver el interior del codo. Se realizan 1 o 2 pequeños cortes para introducir el artroscopio e iniciar la cirugía.

Aún así lo más probable es que después de la cirugía vuelva a requerir de un tratamiento conservador para favorecer una mejor y más pronta recuperación.

Referencias:

Dr Enrique Vergara-Amador, Dra. Kinsthmena Andrea Ardila, Dr Luis Fernando Calixto. (2011). Fundamentos anatómicos de la epicondilitis lateral . Revista Cubana de Ortopedia y Traumatología, 25(2), 149-158.

F. Araya Quintanilla & V. Moyano Galvez. (2015). Ejercicio terapéutico para epicondilalgia lateral: revisión sistemática. Rev Soc Esp Dolor, 22(6), 253-270.

Diego Mauricio Chaustre Ruiz. (2011). Epicondilitis lateral: conceptos de actualidad. . Revista Med, 19(1), 74-81.

    3833
    0