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  • Sophia Espinosa

La Disfagia: Dificultad para deglutir


El proceso de la alimentación oral requiere de movimientos coordinados y precisos de lengua, labios, mejillas, paladar, mandíbula, dientes, amígdalas, orofarínge y de la articulación temporomandibular, para manejar tanto alimentos líquidos como sólidos y así lograr llevarlo correctamente hacia el estómago.

La disfagia es un trastorno que afecta la habilidad para tragar, se define como un trastorno de la deglución caracterizado por una dificultad en la preparación oral del bolo alimenticio o en el desplazamiento del alimento desde la boca hasta al estómago. Cuando se presenta una alteración en la deglución (disfagia) puede existir dolor por el esfuerzo, frustración por la imposibilidad para deglutir, la sensación de haber olvidado cómo se realizan los movimientos para pasar el alimento, miedo por presentar tos antes y/o después de cada bocado o trago que se realiza, sentir que los alimentos se quedan pegados en la garganta o en el pecho, dificultad para respirar durante la alimentación, al igual que presenciar cambios en la voz. Es importante acudir al mèdico si se presentan estos síntomas ya que pueden provocar neumonías, deshidratación o desnutrición.


Existen diferentes causas de la disfagia…

Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS, por sus siglas en inglés) menciona que la disfagia es una de las alteraciones más frecuentes después de presentar un accidente cerebrovascular (ACV) y que en algún momento el traumatismo cerebral, la parálisis cerebral, la enfermedad de Párkinson, así como otros trastornos neurológicos degenerativos como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA, también conocida como enfermedad de Lou Gehrig), la esclerosis múltiple, la parálisis supranuclear progresiva, la enfermedad de Huntington y la miastenia gravis, pueden presentar un problema de deglución.


Tratamiento


Se deben tomar medidas generales y ambientales para el manejo de la disfagia con el apoyo de un terapeuta en comunicación humana, terapeuta de lenguaje y/o foniatra. Su principal intervención con estos pacientes está orientada a la recuperación de la movilidad adecuada de los órganos fonoarticuladores que intervienen en la deglución, la sensibilidad en cavidad oral y lo más importante es conseguir una deglución segura y eficaz, evitando que los pacientes desarrollen complicaciones respiratorias y nutricionales que puedan comprometer su salud y calidad de vida. La estimulación oro-facial es una herramienta de rehabilitación básica para ‘despertar’ el cerebro, y así conseguir un mayor nivel de alerta y atención, para mejorar la comunicación y recuperar la alimentación por vía oral.




En el tratamiento de la disfagia es importante el mantenimiento inicial de la hidratación ya sea intravenosa, por gastrostomía o por sonda nasogástrica, con monitorización y evaluación diaria para la reintroducción de la alimentación oral (si ésta es posible) de forma progresiva y adaptada según las características de cada paciente.

Para lograr que la deglución sea eficaz y segura, se requiere:

  • Conseguir que el paciente tenga un estado adecuado de hidratación/nutrición.

  • Disminuir el riesgo de broncoaspiración (que el alimento o agua se vaya a los pulmones).

  • Disminuir el riesgo de complicaciones médicas asociadas a la disfagia.

  • Conseguir la máxima funcionalidad de la deglución.

  • Prescribir suplementación nutricional adecuada.

  • Suspensión o autorización de alimentación por vía oral

  • Utilizar otras vías de alimentación no oral si se precisan (sonda nasogástrica o gastrostomía).


La terapia para los trastornos de la deglución ayuda a los familiares y/o cuidadores a realizar cambios posturales, en el volumen de cada ingesta, en la viscosidad de los alimentos y el manejo de alternar líquidos con sólidos, las estrategias se basan en estimulación sensorial, ejercicios para mejorar la movilidad y distintas maniobras deglutorias.



Referencias.


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