Actividad física para personas con diabetes
La Diabetes Mellitus (DM) es una enfermedad metabólica que se caracteriza por elevados niveles de glucosa en sangre, es un padecimiento crónico que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce.
La Diabetes Mellitus puede clasificarse en 2 categorías principales:
Diabetes Mellitus tipo 1: Debida a déficit absoluto de insulina
Diabetes Mellitus tipo 2: Debida a déficit progresivo de secreción de insulina
Puede ser diagnosticada con pruebas basadas en los niveles de glucosa en sangre, ya sea a través de una prueba rápida con lancetas o con un examen sanguíneo de laboratorio, donde también pueden determinarse los porcentajes de hemoglobina glucosilada (HbA1c) que es la hemoglobina contenida en los glóbulos rojos que tiene incorporadas moléculas de glucosa.
En la tabla se muestran los parámetros para determinar el estado de salud de un individuo, clasificándolas según sus resultados en individuo sano, pre diabético y diabético.
A continuación se enlistan criterios que predisponen a un individuo a desarrollar diabetes o pre diabetes:
Personas adultas con un índice de masa corporal mayor o igual 25 kg/m2
Inactividad física, sedentarismo
Familiar de primer grado con diabetes
Mujeres que han concebido recién nacidos con un peso mayor a 4 kg o que fueron diagnosticadas con diabetes gestacional
Hipertensión arterial (niveles mayores o iguales a 140/90 mmHg)
Niveles altos de colesterol y triglicéridos
Mujeres con síndromes hormonales
Antecedentes de enfermedades cardiacas y o de los vasos sanguíneos
Sintomatología clásica: Poliuria (excreción muy abundante de orina), polidipsia (ingesta excesiva de líquidos) polifagia (aumento del apetito) y pérdida de peso no explicada por otras causas
El ejercicio junto con la dieta y los fármacos constituyen la base del tratamiento de la diabetes mellitus; debido a su gran incidencia, el fisioterapeuta juega un papel importante como personal sanitario en la atención a pacientes diabéticos estableciendo el ejercicio terapéutico como pilar básico en el abordaje de este trastorno endocrino.
La prescripción adecuada de la actividad física en la Diabetes Mellitus 2 es fundamental en su manejo, tratamiento, control y pronóstico, tiene múltiples beneficios, no solo en el control glicémico, sino también en parámetros corporales cardiovasculares, metabólicos, , psicosociales, e incluso la mortalidad.
Los planes de actividad física deben ser personalizados según el estado de afectación, condiciones físicas y preferencias del usuario; los objetivos a alcanzar con la ejecución de actividad física en la diabetes mellitus tipo 2 son:
Incrementar la calidad de vida. El ejercicio físico controlado y constante produce un incremento de la calidad de vida por una mayor autoestima, capacidad de esfuerzo; aunado a la disminución de la ansiedad, el estado depresivo, el estrés, la tensión y otros factores psicológicos agravantes de la enfermedad.
Disminuir o evitar la necesidad de fármacos. Con la consiguiente reducción del riesgo a sufrir las complicaciones propias que implica la dependencia a un tratamiento farmacológico permanente tanto en su aspecto de independencia personal como social.
Mejorar el metabolismo y las funciones orgánicas generales, aunque la principal finalidad es la de mejorar el metabolismo de la glucosa.
Prevenir y actuar sobre los factores de riesgo. Al intervenir sobre la obesidad, hipertensión, sedentarismo, etc. se obtienen beneficios tanto en las personas con diabetes latente, donde se previene y/o retrasa la aparición de la enfermedad, como en los propios diabéticos, donde se impide la aparición de enfermedades graves asociadas.
La actividad física mejora el control glucémico, reduce los factores de riesgo cardiovascular, mejoran la condición física, contribuyen con la pérdida y mantenimiento del peso, mejoran la calidad de vida, reducen la mortalidad y tienen beneficios en casi todos los sistemas.
La estructuración de un plan de actividad física en la diabetes mellitus 2 es precedida de la elaboración de una historia clínica, que incluye datos personales, monitoreo de peso y talla, constantes vitales, antecedentes de enfermedades personales y familiares, así como una exploración física, que consta de evaluación de la fuerza muscular, rangos de movimiento, resistencia cardiopulmonar y valoración de las sistemas con probables complicaciones, para poder establecer frecuencia, duración, horario, intensidad, sesiones y progresión del plan de ejercicio terapéutico el cual consta de un entrenamiento combinado entre ejercicios de fuerza, aeróbicos y de flexibilidad para lograr un mayor beneficio en el usuario.
Las intervenciones estructuradas de ejercicio de mínimo 8 semanas muestran disminuciones estadística y clínicamente significativas de la Hemoglobina glucosilada; mayores niveles de intensidad del ejercicio se asocian con más mejoría en la glucemia. Se debe recordar que desde hace mucho tiempo el ejercicio es uno de los puntos fundamentales del manejo del diabético, pero en parte, debido al desconocimiento de su prescripción y beneficios, no se ha aplicado de manera regular.
Referencias.
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Campuzano, G. (2010) La HbA1c en el diagnóstico y en el manejo de la diabetes. Medicina & Laboratorio (16) 5-6 Recuperado de: http://www.medigraphic.com/pdfs/medlab/myl-2010/myl105-6b.pdf
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