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América Gómez

Prevención de caídas en el adulto mayor


¿Qué es una caída?


La Organización Mundial de la Salud define una caída como la consecuencia de cualquier acontecimiento que precipita al individuo al suelo en contra de su voluntad. Esta precipitación suele ser repentina e involuntaria.


¿Por qué es más frecuente en el adulto mayor?


En esta etapa se atraviesa por diversos cambios fisiológicos que condicionan al adulto a una vulnerabilidad propia de la edad, por ejemplo los cambios más importantes a mencionar son los que ocurren en la composición corporal; disminuye el porcentaje de músculo y masa ósea, y aumenta el porcentaje de grasa (principalmente abdominal), en los sentidos se disminuye la agudeza visual, audición así como la percepción tiempo-espacio. Estos cambios principalmente condicionan un control postural deficiente. En el sistema cardiovascular los efectos se ven reflejados principalmente con inestabilidad en la tensión arterial y la frecuencia cardíaca durante la actividad física al presentar mayor fatiga, en el sistema nervioso ocurre un deterioro en la memoria y capacidad de coordinación.


¿Cuándo existe riesgo de caída?


Se dice que un adulto mayor tiene riesgo de caída cuando presenta edad avanzada (+ 75 años), dependencia para realizar sus actividades de la vida diaria, por ejemplo levantarse o sentarse en una silla, adultos quienes toman más de 3 medicamentos al día (polifarmacia) por patologías crónico degenerativas y quienes cursan con alteraciones visuales o auditivas.


¿Qué factores condicionan una caída?


La principal causa por la que puede ocurrir se origina de la disminución funcional del sistema músculo esquelético; hay pérdida de tono muscular que produce una disminución de fuerza, esto nos condiciona menor destreza y velocidad en las actividades básicas de la vida diaria por ejemplo dando pauta al uso de andaderas y bastones, muchas veces de forma inadecuada. Otra causa se debe a diversas patologías como son las personas portadoras de enfermedades crónicas, neurológicas, osteoarticulares y musculares.


Impacto psicológico


Cuando un adulto mayor sufre una caída puede desencadenar sentimientos de miedo y ansiedad a sufrir un evento similar. Es decir, la persona puede desarrollar lo que se conoce como el “síndrome post caída” (pérdida de la confianza en sí mismo y restricción de determinadas actividades de la vida diaria). Resulta fundamental valorar el estado psicológico del adulto mayor tras sufrir una caída, usando por ejemplo The Falls Efficacy Scale-International (FES-I) esta es una escala que mide la confianza y la habilidad del paciente para evitar una caída mientras realiza las actividades de la vida diaria una vez que ya sufrió una caída previa.


¿Cómo evaluarlo?


En el campo clínico se utilizan diversas escalas por ejemplo, la escala de “Tinneti” que valora la deambulación y el equilibrio mediante observación directa y ha demostrado ser apropiada y completa para la valoración de caídas recurrentes en el adulto mayor. También se utiliza la escala de “Downton”, que valora los factores de riesgo como caídas previas, uso de medicamentos, déficit sensorial, estado mental y de la marcha. La escala de “caídas múltiples” evalúa los problemas visuales, incontinencia urinaria o limitación funcional. El test de “Time Up and Go” valora de manera parcial las caídas de un adulto mayor utilizando el tiempo que tarda una persona en levantarse de una silla, caminar tres metros, darse la vuelta, caminar hacia la silla y sentarse.


¿Cómo prevenirlo?


Según la American Geriatrics Society (AGS) y la British Geriatrics Society (BGS), se considera oportuno realizar una valoración de riesgo de caída en el adulto mayor de manera anual para poder determinar las causas de las mismas, reducir los factores de riesgo presentes y poder corregirlos.


Fisioterapia en la intervención de caídas


Meléndez-Moral , cols., en un estudio de 2014, demostraron que se puede aumentar la seguridad y reducir el miedo a caer de los pacientes mediante un programa de educación para realizar correctamente y con seguridad las actividades de la vida diaria, a través de ejercicios para mejorar la resistencia, la fuerza, la coordinación, el equilibrio y la marcha de los adultos mayores. Así mismo resulta efectiva la realización de educación sanitaria, ofreciendo información al paciente sobre el manejo integral de una caída, considerando los aspectos físico, social y psicoemocional.


Referencias


-López R. (2015) “Manual de Prevención de Caídas en el Adulto Mayor “.Chile. de

-Bella M., Valcárcel. (Marzo 2017). “La prevención de caídas recurrentes en el anciano. Barcelona

-Salech F. (2014) “Cambios fisiológicos asociados al envejecimiento” Universidad de chile, Hospital Clínico Universidad de Chile

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