¿Artritis, Artrosis o dolor articular?
Prevalencia:
La artritis es una condición frecuente en México y afecta a la población de cualquier edad y/o estilo de vida. Los síntomas con frecuencia (especialmente el dolor y la rigidez articular), provocan un gran impacto en la vida diaria de quienes la padecen, sin embargo, existen medidas que pueden aliviarlos.
A nivel global afecta alrededor del 1 por ciento de la población, sin embargo en México es ligeramente mayor este porcentaje, alcanzando el 1.6, por lo que se calcula que hay más de un millón 700 mil personas de entre 20 y 50 años de edad con este padecimiento.
Si bien es cierto que puede presentarse en cualquier época de la vida, la artritis aumenta su prevalencia en función de la edad; el estudio nacional de salud y envejecimiento en México (ENESEM) revela en que en adultos mayores de 50 años, la artritis es la tercera enfermedad crónica más frecuente después de la hipertensión y la diabetes mellitus, oscilando de un 7.7 a un 17.1 por ciento en mujeres y hombres respectivamente.
Definiciones:
Para aclarar los términos de artritis, artrosis y dolor articular conviene hacer una breve descripción de la anatomía de las estructuras que pueden verse afectadas en estas condiciones:
La articulación se refiere al complejo donde dos huesos se encuentran. La mayoría de las articulaciones que se mueven libremente se llaman articulaciones sinoviales.
Los músculos se contraen (acortan) para aproximar los extremos de la articulación (es decir los huesos) entre sí, o se relajan (estiran) para alejarlos.
Los músculos se adhieren a los huesos a través de una especie de cuerdas llamadas tendones.
Los ligamentos son bandas fuertes de tejido que se adhieren a los huesos alrededor de una articulación, estos la proveen de estabilidad restringiendo el movimiento y sosteniendo los huesos en su lugar.
¿Qué es la artritis?
La palabra artritis significa literalmente inflamación de la articulación, inflamación es un término médico que incluye dolor, rigidez, enrojecimiento e hinchazón. Además las personas que la padecen pueden manifestar síntomas generales como cansancio, adelgazamiento o malestar. Puede llegar incluso a causar discapacidad y deformidad.
Las causas son diversas: lesiones, infección, desgaste acumulado, cambios degenerativos, alteraciones metabólicas, autoinmunes, entre otras.
Existen más de 100 formas de artritis. Cada tipo de artritis afecta a la persona y a las articulaciones de diferentes maneras. Algunas formas de artritis también pueden comprometer otras partes del cuerpo, como los ojos, la piel y los pulmones. Las dos formas más comunes son (1) la osteoartritis (OA) y (2) la artritis reumatoide (AR). Además, hay diferentes presentaciones de artritis que afectan a los individuos por debajo de los 15 años, que en su conjunto se conocen como artritis juvenil idiopática (AJI).
La OA es el tipo de artritis más común en la mediana edad (45 años de edad promedio), se caracteriza por cambios degenerativos y de crecimiento (hipertrofia), hay un desgaste progresivo que avanza en la articulación, que la lleva a distorsionar su posición, usualmente sin deformidad. Se conoce también como artritis degenerativa. La obesidad, la inactividad física, las lesiones y el trauma en la articulación, el sobreuso y el mal-alineamiento son los principales factores de riesgo, lo que lleva por un lado a la afectación frecuente de la rodilla (por su actividad de sobrecarga) y por otro, a ser susceptible a la modificación de los factores de riesgo mencionados, haciendo de esta condición que puede manejarse.
Por otro lado la AR es una enfermedad del sistema inmune, la afectación articular es múltiple y para ambos lados del cuerpo, usualmente crónica, impredecible y más seria que la OA, es más frecuente en la adultez mayor y los síntomas se instauran rápidamente, provocando en ocasiones serios daños en poco tiempo, acompañados de deformidad. Por otro lado tiene un fuerte factor de riesgo genético asociado. El tratamiento médico retrasa la progresión de la enfermedad y es más eficaz cuando se administra en los estadios iniciales.
En cualquiera de las presentaciones de artritis, según avanza en el tiempo, le acompaña debilidad muscular que conlleva a mayor inactividad física, situaciones que empeoran el cuadro formando un círculo vicioso.
¿Qué es la artrosis?
La artrosis es una entidad que consiste en el deterioro progresivo de la articulación entera, incluyendo ligamentos, capsula articular, músculos y huesos. Por lo tanto la artrosis es un sinónimo de la osteoartritis, y un término más apropiado por el carácter degenerativo de la OA.
Entonces, ¿En qué se diferencia el dolor articular de la artritis?
Existen diversos motivos diferentes por los cuales es posible pueda haber dolor en las articulaciones. No todo dolor muscular y articular se debe a artritis. Podría deberse a una lesión o a un esfuerzo poco habitual de las articulaciones y los músculos (practicar un nuevo deporte, levantar peso).
¿Cuándo visitar al médico?
Si hay síntomas de dolor y rigidez que:
- Comienza sin motivo aparente.
- Dura más de unos días.
- Se acompaña de hinchazón, enrojecimiento y calor en las articulaciones.
Mediante la consulta, el médico puede establecer el diagnóstico y posiblemente requiera el apoyo de otros estudios (radiografías, laboratorios) y consultas subsecuentes. Además puede en algunos casos derivar a especialistas, según la condición (reumatólogo u ortopedista).
Si ya se ha establecido el diagnóstico. ¿Cuál es el manejo?
Muchos tipos de artritis pueden controlarse de manera sencilla y eficaz mediante los tratamientos modernos. El diagnóstico prematuro y el tratamiento correcto pueden aliviar los síntomas e incluso en algunos casos prevenir el daño de las articulaciones. Las investigaciones han posibilitado grandes avances en este ámbito. Como la artritis afecta de distintas maneras, el tratamiento debe ajustarse a las necesidades de cada persona.
En aquellos tipos de artritis de carácter degenerativo los comités de expertos recomiendan:
Como medidas iniciales, automanejo que incluye:
Acceso a la información y educación de la naturaleza de la enfermedad específica, así como las opciones de tratamiento.
Bajar de peso en caso de sobrepeso u obesidad: La evidencia demuestra que a partir de un 5% de pérdida de peso hay beneficios en la función, dolor y deterioro (en casos de OA de rodilla).
Realizar un programa de ejercicio estructurado: El ejercicio físico es benéfico para la función y la reducción del dolor. Se recomienda ejercicio aeróbico y de fuerza frecuente que vaya incrementado en intensidad con el tiempo. Algunas alternativas como el taichí han demostrado beneficios también. De igual manera se recomienda el ejercicio físico en medio acuático (alberca) en casos severos, dosificado y supervisado por personal especializado (Terapeuta Físicos).
El tratamiento específico consta de 4 pasos que se tienen en cuenta en función de la severidad:
Paso 1: Suplementos como la glucosamina y la condroitina; medicamentos analgésicos, y antinflamatorios. Al tratamiento farmacológico se le debe añadir el apoyo del equipo de Rehabilitación para incluir medidas tales como: Adaptación de calzado, plantillas, apoyos, órtesis o, hasta adaptaciones de las herramientas, equipo y material para sus actividades cotidianas. También el equipo de Rehabilitación apoya en el manejo del dolor con medidas conservadoras: termoterapia, ultrasonido, electroterapia, terapia manual, entre otras. Es el indicado para la prescripción eficaz y segura del ejercicio físico.
Paso 2: En caso de estadios severos en el que los síntomas persisten a pesar de las medidas mencionadas, se recurre a medicamentos avanzados, cuidadosamente evaluados por el especialista en función de los riesgos/beneficios.
Paso 3: Si las medidas del paso 2 no producen mejora significativa, entonces se empieza a considerar la cirugía como alternativa, sin embargo, se intentan medidas farmacológicas adicionales.
Paso 4: Entonces la última alternativa en casos muy severos sin mejora a pesar de todos los intentos mencionados, es la cirugía de reemplazo (determinada por un médico ortopedista), siendo una medida de gran beneficio para la mejora de los síntomas, la función y la calidad de vida.
En conclusión:
La artritis es una condición frecuente, que aumenta su prevalencia con la edad: Tiene diversas formas de presentación y se requiere del manejo médico especializado y multidisciplinar. La detección precoz mejora el pronóstico y a las medidas del equipo médico, existen auto medidas que influyen de manera positiva en la sintomatología (educación, control de peso, nutrición adecuada y ejercicio físico).
Bibliografía:
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Batterham SI, Heywood S, Keating JL. Systematic review and meta-analysis comparing land and aquatic exercise for people with hip or knee arthritis on function, mobility and other health outcomes. BMC Musculoskeletal Disorders 2011, 12:123 doi:10.1186/1471-2474-12-123
Bruyère O, et al. An algorithm recommendation for the management knee ostheoarthritis in Europe and internationally: A report from a task force of the European Society for Clinical and Economic Aspects of Osteoporosis and Osteoarthritis (ESCEO). Sem Art Reum 2014: Article in Press.
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Estudio nacional de salud y envejecimiento (ENASEM) en México. Boletín de Prensa Núm. 389/13. Septiembre 2013.
La artritis es una condición frecuente en México y afecta a la población de cualquier edad y/o estilo de vida. Los síntomas con frecuencia (especialmente el dolor y la rigidez articular), provocan un gran impacto en la vida diaria de quienes la padecen, sin embargo, existen medidas que pueden aliviarlos.
Procurar y mantener el peso corporal normal es importante. El sobrepeso y la obesidad es un factor de riesgo para muchas enfermedades crónicas. Las personas con sobrepeso u obesidad tienen un riesgo incrementado de artritis u osteoporosis debido a la sobrecarga que deben asumir las articulaciones y los huesos.
La actividad física regular reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular, diabetes, ictus, hipertensión arterial y obesidad; de la misma manera ayuda a consolidar y mantener huesos, articulaciones y músculos saludables reduciendo el riesgo de lesión y promoviendo bienestar psicológico.
El estudio nacional de salud y envejecimiento en México (ENESEM) revela en que en adultos mayores de 50 años, la artritis es la tercera enfermedad crónica más frecuente después de la hipertensión y la diabetes mellitus, con una prevalencia del 7.7 en mujeres y 17.1 por ciento hombres.
Los factores de riesgo modificables, comunes a todas las enfermedades crónicas incluyen la dieta, el ejercicio, el control de peso, la ingesta de alcohol y el tabaquismo.
Adoptar estilos de vida saludables reducen el riesgo de enfermedades crónicas, incluyendo artritis y enfermedades musculoesqueléticas.
La palabra artritis significa literalmente inflamación de la articulación, inflamación es un término médico que incluye dolor, rigidez, enrojecimiento e hinchazón. Además las personas que la padecen pueden manifestar síntomas generales como cansancio, adelgazamiento o malestar. Puede llegar incluso a causar discapacidad y deformidad.
Existen diversos motivos diferentes por los cuales es posible pueda haber dolor en las articulaciones. No todo dolor muscular y articular se debe a artritis. Podría deberse a una lesión o a un esfuerzo poco habitual de las articulaciones y los músculos (practicar un nuevo deporte, levantar peso).
Existen más de 100 formas de artritis. Cada tipo de artritis afecta a la persona y a las articulaciones de diferentes maneras. Las dos formas más comunes son (1) la osteoartritis (OA) y (2) la artritis reumatoide (AR).
La OA es el tipo de artritis más común en la mediana edad, se caracteriza por cambios degenerativos y de crecimiento celular (hipertrofia), hay un desgaste progresivo que avanza en la articulación, que la lleva a distorsionar su posición, usualmente sin deformidad.
A la OA se le conoce también como artritis degenerativa. La obesidad, la inactividad física, las lesiones y el trauma en la articulación, el sobreuso y el mal-alineamiento son los principales factores de riesgo para desarrollarla.
La AR es una enfermedad del sistema inmune, es una condición impredecible y más seria que la OA, es más frecuente en la adultez mayor y los síntomas se instauran rápidamente, provocando en ocasiones serios daños en poco tiempo, acompañados de deformidad.
La AR tiene un fuerte factor de riesgo genético asociado. El tratamiento médico retrasa la progresión de la enfermedad y es más eficaz cuando se administra en los estadios iniciales de la enfermedad.
En la OA, al tratamiento farmacológico se le debe añadir el apoyo del equipo de Rehabilitación para incluir medidas tales como: Adaptación de calzado, plantillas, apoyos, órtesis o, hasta adaptaciones de las herramientas, equipo y material para sus actividades cotidianas.
En la OA el equipo de Rehabilitación apoya en el manejo del dolor con medidas conservadoras: termoterapia, ultrasonido, electroterapia, terapia manual, entre otras. Es el indicado para la prescripción eficaz y segura del ejercicio físico en este tipo de pacientes.
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